En el marco de la celebración de los 14 años de ASIVIDA (2003-2017), traemos a ustedes el testimonio de vida de Juan Carlos Cabrera uno de los primeros voluntarios de este Ministerio. Juan Carlos inicia su participación en ASIVIDA como parte de una retroalimentación en su proceso de formación personal y espiritual. Allí logra aportar, desde su experiencia de vida y testimonio, todo aquello que había podido reciclar en la vida.
Cuando Juan Carlos habla de reciclar, se refiere a que “no se puede abandonar quien uno fue, sino rescatar aquello que en la experiencia, ya sea positivo o negativo, permite cruzar ese umbral de dolor, resentimiento, frustración y recoger las cosas que le sirven”. En ese proceso de reciclaje, ve la oportunidad de “transformar algo que ya no sirve en algo que sirve” y esto fue posible en su vida gracias a las personas que le rodearon en ese momento, le trataron con respeto y le dijeron: “vos sos digno”.
Gracias también a un espacio como ASIVIDA que permitió que una persona, ajena a la Iglesia Luterana, pudiera participar y rescatar lo mejor de sí misma. Es así que ASIVIDA se convierte para él, en el inicio de algo grande: “fue morir y volver a nacer”, al punto de convertirse en el pilar fundamental de quien es hoy Juan Carlos, pues le permitió encontrarse en los ojos de otras personas contribuyendo con un mensaje de esperanza, vida y reconstrucción.
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